viernes, 15 de enero de 2016

Enero


No sé por qué razón llegué a Floresta,
venía de una casa grande
con una gran familia.
Nunca tuve patio, es cierto,
pero hoy, desde mi pequeño balcón
puedo observar los árboles
que me presta un fondo vecino.
Siento la bendición del viento
en mi piel, en el canto de un llamador de ángeles
y en la danza de las hojas.
La gata descansa sobre la cama,
el perro abuelo elige su mullido canasto,
y Lara, una caniche nieta, disfruta junto a mí
de esta tarde,  sin duda, regalo del Universo.
A este mirador con rejas verdes
llega un pedazo de cielo
que como una ofrenda,
me ofrece el sol y las estrellas
cada jornada.
A veces el Milagro
está ahí, al alcance de  las manos.

viernes, 8 de enero de 2016

Alas

   Este cuadro mínimo lo compré en un museo de París, no recuerdo en cuál (eso sucede cuando se visitan muchas lugares en poco tiempo), se llama "La lectora", es de Jean-Honoré Fragonard. Imagino que el original debe ser de un nivel de expresión altamente valorable.
   Más allá del acto íntimo de leer, la obra, tiene cierta dosis de erotismo, quizá por su vínculo con el libro, tal vez por la intriga que genera saber qué estaría leyendo esa joven. Es bello sin duda.

¿Recuerdan el libro y la película "El lector"?, jamás olvidaré la escena en la que ella recibe en la cárcel los casetes grabados por éĺ... 

Aún privados de la libertad, la LECTURA pone alas.

sábado, 2 de enero de 2016

Los caminos de la Lectura

   Mientras pintan mi casa, leo. Lecturas pendientes. Libros que esperan en un estante junto a otros. Le tocó el turno a "Santa Evita" de Tomás Eloy Martínez.    Y mientras mis paredes recuperan su belleza yo atravieso laberintos como los del ropero del cuento "Novia ausente", de Marco Denevi. Porque leer es eso, descubrir caminos, atajos, tomar pendientes y levantar vuelo. De a ratos el pintor me pregunta: "¿qué le parece el color de la reja del balcón?", y le digo rapidito: "genial". Y le respondo cortito porque quiero volver al balcón del libro.    
Desde allí espío, la historia, la ficción, las desmesuras. Y tomo conciencia de mi desnudez como lectora, y me descubro asombrada, indefensa, gigante y feliz.
Va a quedar lindo mi departamento.